Existen muchas leyendas sobre el origen del árbol de la Navidad. Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania e Inglaterra en el siglo VIII derribó el árbol que representaba al dios Odín y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con velas y manzanas dándole un simbolismo cristiano.
Pero se cree, que el primer árbol decorado apareció en Alemania en 1605 para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo. Llegó a Inglaterra en 1829 y fue el príncipe Alberto quien ordenó adornar el castillo de Windsor con un árbol navideño.
Esta tradición no llegó a España hasta los primeros años del siglo XX.
SIGNIFICADO DE LOS ADORNOS DEL ÁRBOL
- Las manzanas de color rojo: representan la abundancia tanto en el amor como en la salud y el dinero.
- Las bolas de colores: se crearon en el siglo XVIII por los sopladores de vidrio de Bohemia para celebrar el nacimiento de Cristo.
Las azules simbolizan oraciones de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento, doradas de alabanza y rojas de petición.
- La estrella: simboliza la llegada del Mesías, la esperanza y la luz para alcanzar una vida mejor.
- Los ángeles: son los mensajeros entre el cielo y la tierra, simbolizan el amor, la bondad y la misericordia.
- Las velas: la Virgen María dio a luz a Jesús en un pesebre bajo la luz de una vela encendida. Por esto las velas simbolizan la luz de Cristo.
- Las campanas: representan la alegría del nacimiento del niño Jesús y la llegada de la Navidad.
- Las piñas: son signos de esperanza en el futuro y representan la inmortalidad así como la unión de familia, amigos, etc.
- Herraduras: se les reconoce el poder de proteger y dar suerte.
- Los regalos: se han convertido en el aspecto más popular de estas fiestas, pueden ser traídos por los Reyes Magos, Santa Claus, San Nicolás…
- Los lazos: simbolizan la unión entre familia y amigos.
- El calcetín o la bota roja: entre las generosas historias que se acumulan a lo largo de los siglos de Papá Noel destaca la de un mísero vecino de Mira que no tenía dinero para mantener a sus hijas. Ante tanta pobreza San Nicolás arrojó una bolsa de monedas de oro por la chimenea que cayeron dentro de unos calcetines rojos que se secaban con los rescoldos del fuego.